La
idea de trabajo en equipo es una idea que existe desde el momento en que el ser
humano comenzó a vivir en sociedades y requirió para ello la colaboración de
todos los miembros de una comunidad. En la actualidad, el concepto está muy
relacionado con las dinámicas de trabajo grupal de diferentes ámbitos y áreas
como el laboral, el estudiantil, incluso el familiar. La importancia del
trabajo en equipo surge entonces por el hecho de que se considera que mientras
más personas se aboquen de manera comprometida en la realización de una
actividad, mejores y más efectivos serán los resultados.
Es
muy común encontrar la idea de trabajo en equipo especialmente en los ámbitos
laborales en los que grupos de varias personas pueden armarse con objetivos
específicos, en algunos casos siendo estos grupos temporales y otras veces
permanentes. El objetivo del trabajo en equipo es poner más capacidades,
inteligencias, ideas y destreza al servicio de una tarea o actividad, de modo
tal que por el mismo hecho de compartir esa actividad los resultados se den de
manera más rápida y sólida.
En
el idioma francés, el trabajo en equipo se define a través de la expresión
esprit de corps que significa sentido de unidad o entusiasmo por un interés
común. Somos capaces de lograr nuestros objetivos por nuestra cuenta, eso es un
hecho. Pero si nos apoyamos en otras personas podremos hacerlo más rápido,
llegar más lejos y tener más impacto.
Contar
con un buen equipo multidisciplinario es esencial para un alto rendimiento en
cualquier emprendimiento. Trabajar bajo este esquema no implica que todos los
miembros se enfoquen en la misma tarea, o que cada uno tenga que ser capaz de
desempeñar las funciones de los demás. Al contrario, se trata de una sinergia
en la que todos aportan algo desde su experiencia y habilidades, enriqueciendo
el trabajo y logrando grandes resultados. Bien encaminado ayuda a maximizar las
fortalezas de cada integrante, sacando lo mejor de sí y complementándolo con
las de los demás.
¿Qué es y qué aporta el
trabajo en equipo?
Trabajar
en equipo es colaborar de forma coordinada, inteligente y enfocada hacia
objetivos compartidos. Cada uno se pone al servicio de una realidad que le
supera: el bien del equipo. El líder del equipo es clave para organizar
correctamente a las personas y mantenerlas cohesionadas y motivadas.
¿Cuáles son las bases
para el trabajo en equipo?
Al
crear un equipo de trabajo sugerimos tener en cuenta estos puntos:
Formación
multidisciplinaria. Optar por perfiles variados para que dispongas
de habilidades diferentes y complementarias.
Capacidad
de comunicación y escucha. El equipo precisa interrelacionarse en un clima de
compromiso y confianza.
Liderazgo.
El líder del equipo además de fijar el objetivo y la dirección también
cohesiona, motiva e impulsa.
Incentivación.
Es aconsejable, buscar fuentes alternativas al plano económico: reconocimiento,
feedback, formación, promoción, flexibilidad horaria, ventajas de conciliación
y otros detalles personalizados son buenas opciones.
¿Cuáles son los
beneficios de trabajar en equipo en las empresas?
Contar
con una cultura organizativa y una estrategia corporativa basada en el trabajo
en equipo es sinónimo de productividad, rentabilidad, motivación, implicación,
buena imagen y mayor capacidad competitiva.
Aprovechamiento del
talento
Descubrir
y reclutar a personas nuevas es imprescindible, aunque podría no ser
suficiente. El siguiente paso es aprovechar y seguir estimulando al talento. La
capacidad de aprender que tienen los mejores tendría que ser alimentada o
impulsada por el ambiente laboral que les ofreces.Es recomendable crear
equipos de trabajo formados por gente cualificada, ya que de esta manera será
más fácil que alcances los objetivos operativos.
Más y mejores ideas
Cuando
varias personas colaboran en pro de un mismo objetivo, el número de
perspectivas, ideas, competencias y conocimientos que se manejan son muy
superiores porque aportarán contribuciones más idóneas.
Compromiso empresarial
Colaborar
implica descubrir, comprender y comunicarnos con otros compañeros. Ese ambiente
acaba calando en la organización: verás aumentados la implicación y los lazos
emocionales de los miembros del equipo.
Multifuncionalidad
Si
un profesional siempre hace lo mismo, no será fácil que deje de actuar y pensar
del mismo modo. Pero, si le das la oportunidad de relacionarse con otras
personas que hacen cosas diferentes, ampliará sus miras, su pensamiento lateral
y estará en condiciones de evolucionar en positivo. Al trabajar en equipo,
aprendemos de nuestros compañeros y tomamos conciencia de cómo desempeñar otras
tareas que antes nos resultaban ajenas y desconocidas.
Mayor motivación
En
general, formar parte de algo importante e ir logrando metas sucesivas motiva
mucho más que la burbuja del individualismo. Tomar decisiones, realimentarse
con los resultados y participar en un sistema de recompensas hace a los
miembros de tu empresa más participativos, productivos y felices.
Clima de confianza
Las
jerarquías pierden influencia en la organización, por lo que la gente se siente
más libre y confiada para tomar iniciativas. La empatía, la comunicación y la
implicación aumentan, lo que propicia un clima laboral más agradable y
poderoso.